Como uno de los ejes de nuestro accionar, está el desafío de articular las iniciativas que surgen desde el Equipo PIE con el Plan de Mejoramiento Educativo del Establecimiento y con los profesionales Sep.Es así como surge el Proyecto Huerta Escolar: Espacio de Aprendizaje en aula libre.
La idea central de este Proyecto es
aportar nuevas estrategias pedagógicas, adaptadas a las necesidades de
estudiantes en los que se ha detectado una mayor inclinación por “aprender
haciendo”.Atendiendo a la diversidad y entendiendo esta característica como una
de las propuestas por las escuelas efectivas, observamos que existe un gran
número de estudiantes en los cuales la aproximación mayormente teórica a los
contenidos y el ambiente estructurado de una sala de clases, ya sea porque
presentan alguna necesidad especial derivada de algún trastorno neurológico
como el Déficit atencional, déficit cognitivo, dificultades de aprendizaje,
etc., o se muestran frecuentemente desmotivados, no se ajusta a su estilo de
aprendizaje.
No es una observación aislada la de que
en parte, esta distancia entre lo que se les ofrece y lo que ellos necesitan y
les moviliza, ha incidido en la desmotivación que demuestran ante el conocimiento
impartido en las aulas y las conductas derivadas de ésta, mayoritariamente en
el plano socio afectivo, conductual, colocándolos en alto riesgo de deserción
del sistema escolar.
Hace ya más de 100
años, John Dewey planteaba “suministra magníficas
oportunidades para aprender las materias de los programas de estudio, no sólo
como información, sino como un conocimiento adquirido a través de las
situaciones de la vida” y proponía el desarrollo de un estilo personal, de autoconfianza y
autocontrol para actuar de forma socialmente aceptable y personalmente
significativa .Dewey confiaba en una educación práctica, que superara los
problemas de conducta y disciplina que la educación pasiva y de pupitre no
podía hacer y consideraba la educación no como un asunto de narrar y escuchar,
sino como un proceso activo de construcción.
Por otra parte, ya
ubicados en esta siglo, Roger Schank, investigador en inteligencia artificial,
llega a las mismas conclusiones que Dewey, poniendo a la práctica y la
experiencia como base del aprendizaje, sosteniendo radicalmente que “sólo se
aprende haciendo”.
Nos enfrentamos a
grandes desafíos, como resultados académicos que nos muestran que existe un
gran porcentaje de alumnos no logran los conocimientos mínimos para
comprenderlo que leen por ejemplo, alto ausentismo escolar, problemas
disciplinarios y desmotivación por aprender.
¿Será que lo que leen está tan alejado de lo
que hacen y no logra convertirse en una experiencia significativa para ellos?,
¿será que las prácticas educativas se han alejado de los mecanismos
naturales del aprendizaje, como lo son la experimentación y la reflexión?,
¿será que hemos puesto más énfasis en
que los estudiantes aprendan respuestas más que en que se planteen preguntas?
El Proyecto plantea abrir las puertas
de las aulas a una nueva estrategia centrada en la experimentación y reflexión,
aportando con un nuevo contexto educativo, basado en la co-construcción de
saberes, donde se pueda integrar lo pedagógico, lo social y potenciar el rol de
los alumnos como agentes activos de su propio desarrollo.Dentro de los objetivos están:
·
Relacionar
pedagógicamente las actividades prácticas y productivas de la huerta con los
diferentes contenidos curriculares de cada asignatura de estudio.
·
Fortalecer
habilidades socioafectivas en los estudiantes como responsabilidad, trabajo cooperativo,
iniciativa, autoestima, autocontrol.
La primera semana de Junio comenzaremos la primera etapa del Proyecto, que estará a cargo del Profesor Hugo Miranda, quien se ha sumado en este trabajo colaborativo con su proyecto de asignatura centrado en reciclaje, estudio de suelo y fertilización de terreno.
Estaremos atentos a informarles por este medio, cómo se va desarrollando esta iniciativa.